domingo, 27 de octubre de 2019
domingo, 20 de octubre de 2019
domingo, 13 de octubre de 2019
Los tres filtros de Sócrates
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Cuenta la historia, que cierto día un conocido se acercó al filósofo, y le dijo:
– ¿Sabes lo que escuché acerca de un amigo tuyo?
Sócrates lo miró y respondió:
– Un momento: antes de decirme aquello que vienes a contarme, quisiera aplicarle un triple filtro a esa información.
– ¿Un triple filtro? -inquirió, extrañado, su conocido.
– Exacto. Antes de que hables sobre mi amigo será buena idea dedicar unos minutos a filtrar lo que me vas a decir.
Y prosiguió:
– El primero de los tres filtros, es el filtro de la verdad. Dime ¿Estás absolutamente seguro de que aquello que me vas a decir de mi amigo es verdad?
– No. –Dijo el hombre- En realidad solo lo escuché…
– Bien, entonces, realmente no sabes si lo que me vienes a decir es cierto, o no.
– El segundo filtro es el filtro de la bondad. Dime ¿Es algo bueno eso que vienes a decirme de mi amigo?
– No, por el contrario…
– Entonces –añadió Sócrates- tú vienes a decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Veamos si lo que vienes a decirme pasa el tercer y último filtro.
– Este último filtro es el filtro de la utilidad. Dime ¿Es útil para mí eso que vienes a contarme de mi amigo?
– No, realmente no.
– Bien –concluyó Sócrates- Si lo que vienes a decirme no sabes si es cierto, no es bueno y no me es útil ¿Para qué decírmelo?
Con este ejemplo, Sócrates le enseñó a su amigo que la verdad, la bondad y la utilidad son principios que todos podemos cultivar en beneficio no sólo de nuestro interior, sino también como norma de convivencia en la sociedad en que vivimos.
Cuenta la historia, que cierto día un conocido se acercó al filósofo, y le dijo:
– ¿Sabes lo que escuché acerca de un amigo tuyo?
Sócrates lo miró y respondió:
– Un momento: antes de decirme aquello que vienes a contarme, quisiera aplicarle un triple filtro a esa información.
– ¿Un triple filtro? -inquirió, extrañado, su conocido.
– Exacto. Antes de que hables sobre mi amigo será buena idea dedicar unos minutos a filtrar lo que me vas a decir.
Y prosiguió:
– El primero de los tres filtros, es el filtro de la verdad. Dime ¿Estás absolutamente seguro de que aquello que me vas a decir de mi amigo es verdad?
– No. –Dijo el hombre- En realidad solo lo escuché…
– Bien, entonces, realmente no sabes si lo que me vienes a decir es cierto, o no.
– El segundo filtro es el filtro de la bondad. Dime ¿Es algo bueno eso que vienes a decirme de mi amigo?
– No, por el contrario…
– Entonces –añadió Sócrates- tú vienes a decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Veamos si lo que vienes a decirme pasa el tercer y último filtro.
– Este último filtro es el filtro de la utilidad. Dime ¿Es útil para mí eso que vienes a contarme de mi amigo?
– No, realmente no.
– Bien –concluyó Sócrates- Si lo que vienes a decirme no sabes si es cierto, no es bueno y no me es útil ¿Para qué decírmelo?
Con este ejemplo, Sócrates le enseñó a su amigo que la verdad, la bondad y la utilidad son principios que todos podemos cultivar en beneficio no sólo de nuestro interior, sino también como norma de convivencia en la sociedad en que vivimos.
domingo, 6 de octubre de 2019
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